Mi gran devoción por las cruces coptas etíopes como objeto de decoración

“Verdaderos objetos preciosos, obras de arte que dan personalidad a los espacios y marcan la diferencia, al no pasar desapercibidas por su dimensión, valor y belleza”.

En Etiopía se venera especialmente la cruz como símbolo por excelencia de la cristiandad y como poderoso signo apotropaico. Está omnipresente en la vida religiosa: se coloca detrás del altar durante la liturgia eucarística y otras ceremonias, se lleva en las procesiones y es utilizada por los sacerdotes para bendecir a los fieles y es objeto de homenaje en las fiestas importantes de la iglesia.

A lo largo de la historia de Etiopía se inscribieron importantes textos religiosos dedicados a la cruz y varios gobernantes adoptaron como nombre regio Gäbrä Mäsqäl, que significa “El servidor de la Cruz”.

Esta particular devoción dio lugar a la producción de una innumerable cantidad de piezas con finalidades litúrgicas y de uso personal.

Están hechas en distintos metales, madera, cuero, hierba y piedra, utilizando diversas técnicas y exhiben una infinita variedad de formas.

Mis preferidas son las de plata, obras que descubrí y adquirí en persona en una Feria de anticuarios en Madrid hace 22 años. Se trataba una colección de siete piezas antiguas de distintos tamaños con fabulosas decoraciones. Las monté sobre unas bases sencillas de hierro lacado.

Estas maravillosas muestras de arte etíope han presidido VM ESTUDIO a lo largo de los años y permanecen hoy presentes, tan bonitas como el primer día.

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